En un escenario de guerras y polarización económica, Lenin, Luxemburg y Trotsky introdujeron nuevos conceptos para comprender la relación centro-periferia. Polemizaron con las justificaciones del colonialismo y discutieron derechos de auto-determinación nacional que anticiparon el antiimperialismo contemporáneo.
Lenin atribuyó la fractura entre países avanzados y retrasados al desarrollo desigual y esclareció las causas endógenas y exógenas de esa brecha. Inscribió el subdesarrollo en una teoría del imperialismo referida al contexto bélico de su época. Ese condicionamiento es olvidado por muchos intérpretes.
Luxemburg demostró la necesidad de la periferia para el centro y retrató obstrucciones estructurales al desenvolvimiento de las economías atrasadas. Los teóricos de la acumulación por desposesión retoman su enfoque y debaten la relación entre la depredación y la acumulación corriente.
Trotsky añadió una teoría del desarrollo desigual y combinado para ilustrar las nuevas mixtura de atraso y modernidad. Superó simplificaciones y refutó mitos de universalización del desarrollo europeo. Su concepto tenía propósitos socialistas, es ajeno al catch up y no sería aplicable a sociedades pre-capitalistas.